¡¡Españoles , el metal a muerto!! |
Los Metallica beach boys |
James Hetfield, Lars Ulrich y compañía cambiando sus muñequeras de guitarra rítmica trasher por una campaña de marketing para las nuevas (y horteras) tablas de surf “marca” Metallica; los AC/DC como empresarios de una marca propia de vino de mesa (y caro); Axl Rose con más cirugía estética y botox que Marujita Díaz y Concha Velasco juntas… ¿Qué será lo siguiente? ¿Alice Cooper presidente de la patronal? ¿Axl Rose vocal de FAES?
Es un signo de los tiempos, sin duda: todo es un puro (o cambiemos la “r” por una “t”) negocio.
Isabel Pantoja en su ultimo show |
los 70, que como todo el mundo sabe es cuando surge el rock
propiamente dicho) pudieran acabar forrados con el paso de los
tiempos (ahí tenemos a los Rolling, sin ir más lejos) lo hacían
gracias a su talento como músicos y, seguramente incluso más, a
ese soplo de aire fresco y anti-stablishement que destilaban su
presencia, pose, directos y manifestaciones. ( Nota de quefeossomos:GG Allin , uno de los que se paso el sistema y el stablishement por el forro de los cojones , en el vídeo de abajo)
Como siempre ocurre (así de largas son las garras del sistema) las compañías acabaron por ir destilando todo el poso anti-sistema de bandas y solistas y aquellos músicos hippies (en cuanto anti-stablishment, no necesariamente en lo que se refiere a su música) fueron siendo absorbidos por esa máquina de generar desigualdades e injusticia que llamamos capitalismo. ¿Es necesario mencionar el bochornoso ejemplo de Phill Collins, que pasó de ser batería de un respetable (personalmente nunca me gustaron mucho, pero eso aquí no importa) grupo de rock más o menos progresivo como eran Genesis a convertirse en músico oficial de las radios más comerciales con su pop para niños, niñas, madres y abuelas?
Nota de quefeossomos: Este tema inspiro a Alejandro Sanz a componer música...
Sin haber sido nunca ningún gran fan de Metallica, es fácil observar que en gran medida el que hoy los consideremos grandes (ex – grandes, mejor dicho) son aquellos álbumes ochenteros en que destilaban rabia no exenta (tal vez sí un poco en su primer kill’em all -1984-) de calidad. En mi opinión esa buena mezcla alcanzó su cumbre en el Master of Puppets -1986- y el And Justice for All -1988- (especialmente éste). Aunque la crítica consagrada y la mayoría de fans puedan considerar el álbum negro (Metallica, 1991) como su obra maestra, a mí ese disco siempre me aburrió y marca (humilde opinión), sin ser él mismo un mal disco, el comienzo del declive. Cuando Jason Newsted se olió lo que se avecinaba desertó, como todos sabemos, demostrando mejor juicio y menos avaricia que el resto de miembros. A su sustituto, por supuesto, le tocó la lotería (ex Flotsam and Jetsam, banda muy secundaria destinada desde sus inicios a la mediocridad). El Death Magnetic -2008- (para mí literalmente insoportable) demuestra a todas luces un querer y no poder, pero no solamente musical, sino principalmente en lo conceptual: un querer demostrar una rabia que ya no tienen. No es de extrañar, con millones en sus cuentas bancarias, camerinos separados para cada miembro, hoteles de primera, partidos de golf y chalets de lujo (no entramos aquí en si merecidos o no; probablemente sí) es complicado detestar el sistema.
Los Sex Pistols lo dejaron claro en los noventa con su "Gira por el puto dinero" ( Filthy lucre tour) |
Así que la situación es ésta: Metallica, que inició su carrera oponiéndose a la blandura y pasteleo de un tipo de heavy (hair metal, aor) que ellos detestaban y contra el que maquinaron (y prácticamente inventaron) el Thrash metal, acaban en campañas promocionales de tablas de surf para pijos de California; y AC/DC, esos hombres sencillos, rudos, tan poco glamourosos, con los que millones de trabajadores del mundo se identificaban, terminan montando una empresa para distribuir su vino de mesa para cenas que tal vez consuman los grandes empresarios en esas comidas donde deciden jodernos a todos la vida (y los sueldos) un poco más.
¿Quién conserva, entonces, el espíritu del Rock, del Metal? ¿Tendremos que recurrir a Justin Bieber para que nos salve de este panorama? ¿A Tokyo Hotel? ¿A la Kelly Family?
No se trata, como bien nos decían Manic Street Preachers (gran banda, que se atreven en sus temas con letras como la de Natwest, Barclays, Midlands, Lloyds) de odiar el sistema porque no puedo permitirme comprar y consumir (can’t afford it, so I hate it all) sino de odiarlo sencillamente porque es odioso en sí mismo, en su pura esencia. Incluso aunque hayamos resultado victoriosos dentro de él.
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